¿Se te complica tomar los “8 vasos” de agua reglamentarios al día? Primero debes saber que todos somos muy diferentes y nuestras necesidades de agua también.
Requerimos aproximadamente 30 ml por kilo de peso y a eso debemos sumarle lo que gastamos en actividad física o alguna situación especial o condición como enfermedades o lactancia materna.
Si empiezas el día con una deliciosa taza de café, estarás perdiendo más líquido del que ganas. Sí, así como lees; el café o el té tiene un poder diurético que te hará perder líquido que deberás compensar. Si terminas el día con alcohol, pasará lo mismo.
Como todos tenemos diferentes tamaños de vasos en casa, te aconsejo tener un envase cuyo contenido ya conozcas. Así puedes calcular de manera más exacta cuánto estás consumiendo al día.
La otra gran pregunta es: ¿Qué se considera dentro del gran grupo de líquidos o “agua”? Las gaseosas contienen sodio que pueden generar que retengas líquido por lo que sería mejor evitarlas.
Los refrescos naturales a base de frutas tipo “agua de fruta” y no en forma de jugo sí son una excelente opción siempre y cuando sean endulzados con edulcorantes naturales como stevia, agave orgánico o fruto del monje.
Intenta consumir bebidas durante todo el día desde que te despiertas y hasta 1 hora antes de acostarte para no incomodarte yendo al baño durante la noche. Pero aquí viene el truco, intenta que sea hasta 20 minutos antes de las grandes comidas para priorizar los sólidos en esos momentos.
Como puedes ver, la hidratación es vital. Así que tener en cuenta estos consejos será de gran ayuda para alcanzarla.
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